El nuevo libro de Cristina Domenech, Señoras ilustres que se empotraron hace mucho, es todo lo que nos cautivó del primer libro de la autora, Señoras que se empotraron hace mucho (reseña aquí): Divulgación con tono ligero, el humor de Cristina Domenech, y mujeres que amaban y empotraban a otras mujeres. Esta nueva entrega cuenta con señoras diferentes, excepto algunas que ya conocimos en la anterior; pero de las que nunca se puede saber suficiente, como Anne Lister. Para mayor regocijo de todas las sáficas, al principio de cada capítulo aparece una ilustración de Medusa Dollmaker. Si me permitís un mini spoiler, porque no me aguanto: Emily Dickinson era pelirroja, y verla en la ilustración de Medusa Dollmaker es increíble. Ya está, podemos seguir.
Como su propio nombre indica, las mujeres de las que trata este libro son más conocidas que las que aparecen en el primer libro de la autora. Aparecen Safo, Virginia, Vita, Frida Kahlo… Y muchas que no sabía de antes. Domenech nos coge la mano y nos lleva sorteando rumores, fuentes poco fiables, mitos y leyendas hacia lo que es más probable y lo que está comprobado. No se limita a hablarnos de la vida amorosa de estas mujeres, sino que explica cómo estas mujeres llegaron a ser referentes para la comunidad sáfica.
A lo largo de la lectura se hace muy evidente que estamos ante un libro fruto de una investigación muy cuidada. Se nota en cómo habla la autora de estas mujeres, de qué pasó en su vida, de qué rumores hubo o no hubo. Cristina Domenech lo cuenta con una buena dosis de humor ácido que hace mucho más llevadero el tener que leer las dificultades a las que se tuvieron que enfrentar las protagonistas de este libro. Este libro tiene mucho humor, y es una alegría indescriptible poder leer sobre mujeres como nosotras, y ver que no todas las historias LGTB son historias trágicas; pero tener que leer que Emily Dickinson le escribió unas cartas preciosas a su pareja y que, cuando murió, borraron su nombre para que pareciese que Dickinson había sido una solterona que sufría porque un hombre no la quería no es plato de buen gusto. A pesar de esto, Señoras ilustres… es una lectura ligera que deja un buen sabor de boca.
Al final de cada capítulo hay una sección para saber más sobre estas señoras tan ilustres, lo que contribuye a ver el trabajo hercúleo que ha hecho la historiadora Cristina Domenech para poder traernos este libro. Ella recomienda de entre todo lo que se ha escrito sobre cada mujer (que, en muchas ocasiones, no es precisamente poco) qué es lo más fiable y qué se centra más en su vida amorosa.
El libro es muy breve y con el estilo ligero de la autora se lee rápidamente. Ahí es cuando la página de recomendaciones entra en juego: un verdadero regalo de la autora para que podamos investigar por nuestra cuenta sobre estas mujeres que empotraron (hace mucho) a otras mujeres.
¿A qué esperáis para ir a por él?
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