El 24 de mayo se estrena en cines #PLACERFEMENINO, un filme de Bárbara Miller cuyo hilo conductor se representa con una cita del propio documental: «el patriarcado… es una religión universal». Recoge los testimonios de cinco mujeres de religiones y países completamente diferentes que, sin embargo, han tenido a grandes rasgos las mismas experiencias; y desafía lo asumido sobre la situación de las mujeres en países desarrollados y subdesarollados.
El filme comienza con ejemplos visuales y verídicos de campañas publicitarias que muestran una imagen de mujer subyugada y físicamente dominada para vender todo tipo de productos y da paso a las voces de las cinco mujeres que nos acompañan a lo largo del filme, contando su pasado y su día a día en su país.
Deborah Feldman cuenta su experiencia en la comunidad judía ortodoxa y cómo nadie esperaría que se llevaran a cabo ciertas prácticas como el matrimonio concertado en pleno Nueva York, su escape de dicha comunidad y el consecuente odio de toda su familia.
Tampoco esperaríamos tener el testimonio de Leyla Hussein, víctima de la ablación en pleno Londres. En su trabajo como psicóloga y activista ha conocido y ayudado a incontables víctimas de la mutilación genital femenina y llevado a cabo numerosas campañas para detener y crear conciencia sobre esa atrocidad no solo como un problema en África y Asia sino como un problema global.
Rokudenashiko, una artista japonesa comienza un proyecto para visibilizar el gran tabú que es la sexualidad femenina en la sociedad nipona en contraste con la sexualidad masculina, que es incluso celebrada en fiestas con representación explícita de genitales masculinos, como se ve en el filme, sin descontento ni sorpresa por parte de nadie. Cuando Rokudenashiko crea un molde de su vagina y lo traslada al diseño de una canoa es detenida por las autoridades y condenada a dos años de prisión.
Vithika Yadav, funda una organización activista que aboga por los matrimonios por amor y no concertados, por el placer femenino en el sexo y por los derechos de las mujeres.
Doris Wagner, por su parte, relata su experiencia como monja que sufrió abusos sexuales por parte de un miembro de la Iglesia, el proceso de denunciarlo, de llevar el caso al mismísimo Papa solo para ser ignorada, su crisis de fe, su lucha por poder estudiar y labrarse un futuro mejor; y, finalmente, ese futuro mejor.
El filme, como dichas mujeres, transmite una gran fuerza positiva y el mensaje de que, si bien la lucha es ardua y larga y aún queda mucho camino por recorrer, cada día se consiguen pequeños objetivos que formarán una gran ola.
Por Helena Gavira.
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