La vuelta al acuerdo nuclear iraní parece estar más cerca que nunca. Las negociaciones para reactivarlo han sido convocadas en Viena para el próximo 29 de noviembre. Sin embargo, los desacuerdos sobre las respectivas concesiones de Irán y de Estados Unidos suponen grandes desafíos. Aunque Biden se ha mostrado favorable al reencuentro con Irán, asegura que su compromiso está condicionado por el cumplimiento por parte de Teherán de los términos del acuerdo. Por su lado, el nuevo presidente de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisi, mantiene que las demandas exigidas por Washington son “excesivas” y contrarias a “los intereses de la nación iraní”.
La desconfianza sembrada por la estrategia de retirada unilateral de Trump en 2018, el acercamiento de Irán a Rusia y China, o la falta de autonomía decisoria de la UE convierten la restauración del acuerdo nuclear en una tarea con más obstáculos de lo que parece. Según expertos, volver al JCPOA será difícil. Sin duda, el reencuentro de Irán y Estados Unidos a finales de noviembre marca un antes y un después en la cronología del acuerdo nuclear; pero a la vez depende de cuestiones que continúan sobre la mesa y sobre las que no existe un aparente acuerdo.
Seis rondas de conversaciones en Viena: primera aproximación, aunque insuficiente
Las conversaciones de Viena se iniciaron en abril de 2021 entre Irán y las otras partes firmantes del acuerdo, aunque no todas. Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China estuvieron presentes en esta ronda de negociaciones, pero Estados Unidos participó de manera indirecta, y dejó ver los desacuerdos todavía existentes. Este primer acercamiento formal en Viena desde la retirada de Trump del acuerdo fue interrumpido por la celebración de las elecciones iraníes y la llegada al poder del candidato de línea dura, Ebrahim Raisi, que inicialmente parecía llamar a una postura más hostil hacia Occidente.
Hoy, aunque Teherán y Washington se han mostrado favorables a recuperar el acuerdo; en la práctica, renegociarlo enfrenta serias dificultades dada la discordancia de intereses entre ambos gobiernos. El levantamiento de las sanciones económicas que paralizan la capacidad iraní desde 2018 es una prioridad para el gobierno de Irán. Para Raisi, deben tratarse de unas “negociaciones orientadas a resultados”. Por su lado, Estados Unidos plantea su retorno a la mesa de negociaciones única y exclusivamente cuando Irán revierta primero sus violaciones al JCPOA.
Ebrahim Raisi exige el fin de las sanciones en un video pregrabado en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el 21 de septiembre de 2021. Fuente: Vox
Sin embargo, la nueva ronda de negociaciones tiene fecha de celebración: tendrá lugar el 29 de noviembre en Viena, según publicaba en su cuenta de Twitter el viceministro de Relaciones Exteriores, Ali Bagheri Kani, tras reuniones con funcionarios de la Unión Europea en Bruselas. Según los expertos, restaurar el JCPOA será difícil. Las conversaciones de Viena prometen la vuelta al acuerdo, pero ¿A qué otros obstáculos se enfrenta? ¿Podría la adhesión iraní a la alianza ruso-china influir en la actitud de Irán ante la nueva administración estadounidense? ¿Cuál es la postura de la UE?
La desconfianza, la falta de autonomía decisoria y los acercamientos
El clima de desconfianza generado tras el abandono unilateral de Trump del acuerdo constituye el principal obstáculo a la continuidad del JCPOA. Teherán no quiere arriesgarse a retomar el diálogo con Estados Unidos sin tener la garantía de que la administración estadounidense sucesora de la actual demócrata no hará la misma jugada que la de Trump en 2018.
Biden no tiene interés en generar la confianza ante esta preocupación. Considera que la limitación de las capacidades nucleares iraníes ha de ocupar un puesto prioritario en las negociaciones y conducir al establecimiento de una línea roja con estas condiciones. Aunque la vía diplomática apunta a ser la piedra angular de la hoja de ruta de la vuelta al acuerdo y la resolución del conflicto, las recientes declaraciones de Biden sobre la “reserva de otras opciones si falla la diplomacia” en sus conversaciones con el nuevo primer ministro israelí, podrían contribuir a alimentar la desconfianza hacia la potencia estadounidense.
Conviene recordar que, precisamente, acciones contra Irán tales como sabotajes, ataques a instalaciones nucleares, ciberataques e incluso asesinatos a científicos nucleares (el último de ellos, sucedido en noviembre de 2020) se vienen perpetuando desde hace años, algunas de ellas son sospechosas de haber sido financiadas con dinero estadounidense y dirigidas por la inteligencia israelí.
Línea del tiempo de asesinatos a científicos iraníes. Fuente: Forbes
Con la retirada de Trump, se activaron las sanciones secundarias (también conocidas como sanciones extraterritoriales) contra los países o las empresas que mantuviesen relaciones con Irán. Esta maniobra generó cierta inseguridad en el resto de países signatarios. “¿Qué pasaría si Estados Unidos ejerciera su presión en futuro para dañar los intereses de Europa con otros socios como China y Rusia?”. La interrupción del acuerdo y el consecuente bloqueo a Irán han demostrado una fragmentación de la posición de Europa, una ausencia de coordinación comunitaria, falta de autonomía decisoria y claras vulneraciones económicas, de acuerdo con Kamran Vahedi, analista de Relaciones Internacionales y experto en Política Económica de Oriente Medio.
La vuelta al acuerdo y, precisamente, el levantamiento de las sanciones sin duda abre la puerta a retomar las relaciones comerciales con Irán, en mercados económicos muy lucrativos para la UE. Pero la situación de impasse en la que parece encontrarse el JCPOA dada la discordancia de intereses de los países signatarios, la desconfianza y los obstáculos existentes, parece hacer visible una posible “crisis de toma de decisiones” en Europa y en Estados Unidos, de acuerdo con el presidente de la República Islámica de Irán. La alianza hegemónica con la potencia norteamericana es esencial en el paradigma relacional europeo actual, pero la actitud ante ella es más “escéptica y menos optimista” que en el pasado.
Conversaciones entre los ministros de Asuntos Exteriores de Irán y Rusia en Moscú el 7 de octubre de 2021. Fuente: RFI.
En este escenario, el papel hegemónico de Estados Unidos en la región de Oriente Próximo y el Golfo también es cuestionado. En contrapartida, el acercamiento iraní a la alianza ruso-china, para algunos, “una alianza dispuesta a romper hegemonías”, resulta marcar el camino de Irán en los últimos meses. En marzo, Irán y China firmaron una alianza estratégica y comercial con la firma de un acuerdo de cooperación con “cláusulas políticas y económicas” con una duración de 25 años. En septiembre, Irán se incorporó a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) para la estabilidad de la región de Eurasia, liderada por Rusia y China. Diversificar los lazos económicos, políticos, energéticos, culturales y militares con los principales países desafiantes de la potencia norteamericana ha resultado ser una estrategia muy atractiva para el escenario que se presenta, al igual que podría condicionar la capacidad de cesión de Irán de cara a la vuelta del JCPOA.