MARTÍN AZANZA
Nacido en Rosario, Argentina, en 1974. Es un bromatólogo, nutricionista, naturópata, epigenetista y agrónomo, director del departamento de Nutrigenética y Epigenética de la Clínica Corps a Laise de Alicante y de la Clínica San Martín de Valencia y uno de los propietarios de RODMAR C.B, empresa de medicina natural. Además, es conferenciante sobre Epigenética, Genómica Nutricional, Alimentación Saludable y Naturopatía en España y Argentina.
Posee un espacio semanal de Nutrición y Salud en el programa Verde Esmeralda de Libertad FM, así como de un espacio quincenal de Salud y Naturopatía en Acrópolis Radio de México,dentro del programa socio-cultural Cambalache.
Laura.-¿En qué consiste tu trabajo en la Clínica Corps a laise de Alicante y la Clínica San Martín de Valencia? ¿Qué ofrecéis, qué os diferencia?
Martín Azanza.-Nosotros dirigimos el departamento de nutrigenética y epigenética en ambas clínicas. Nos dedicamos a hacer informes de biomarcadores epigenéticos analizando la raíz del cabello de nuestros consultantes (ya que atiendo personas, no pacientes) y, así, sacamos perfiles nutricionales determinando si faltan vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, antioxidantes, si tiene una buena síntesis de aminoácidos, si tiene metales pesados que estén restando bienestar a sus células, si hay agentes químicos, si está irradiado por radiaciones de media o baja frecuencia de tipo no ionizante como la de los smartphones o microondas… Sacamos, además, perfiles de sensibilidad alimentaria, que es lo que se conoce como intolerancia; determinamos cuáles son los aditivos de la industria farmacéutica o alimentaria que afectan en el bienestar de nuestro consultante. Es decir, sacamos un perfil completo de nutrición personalizada con el objeto que nos sirva como herramienta de medicina preventiva.
L.-Teniendo en cuenta lo adaptada que está la gente a la medicina convencional, ¿cómo puede la medicina alternativa hacerse hueco en el ámbito de la salud?
M.A.-Bueno, aquí sí que surge una contracorriente siempre. Parece que están opuestas la medicina convencional a la alopática y la medicina natural, pero opuestas más creo que desde un punto de vista político que responde a intereses económicos que a un punto de vista de la salud y de la medicina como tal. Porque medicina es todo, medicina es el arte de mantener la buena salud, medicina es el arte de poder sanar un estado que se ha desviado de esa salud a nivel energético, de esa comprensión, de ese equilibrio, de esa congruencia que tiene que haber en nuestro cuerpo. Y en todos los niveles: el orgánico, el metabólico, el fisiológico, el cronológico o el anatómico. La medicina convencional está aportando una serie de protocolos que bien pueden contentar a muchos, como no tener contento a otros y creo que existe el derecho de que exista un corriente de medicina complementaria, de medicina natural, de medicina alternativa que es de bien recibir para todo aquel consultante que no esté satisfecho con los resultados que ofrece la primera. Yo no soy un detractor de la medicina convencional, ni de la alopática, ni de los métodos que emplea. Yo soy un detractor de los intereses ocultos y siniestros que están detrás del negocio de la enfermedad, que son los negocios de las industria agroalimentarias, los negocios de la industria farmacéutica y por ende los negocios de muchas personas implicadas e involucradas en la medicina convencional.
L.-¿Cuáles son los principales fallos de la medicina convencional?
M.A.-Al menos en mi consulta, detecto que no se escucha al paciente, y es una de las principales carencias de la seguridad social. Los médicos tienen muy poco tiempo para atender las inquietudes de sus consultantes o pacientes. Todas las personas somos emoción, sensación, sufrimiento, somos mucho más que nuestros síntomas, somos psicosomáticos, todo lo que nos afecta a nivel psicológico puede repercutir negativamente en nuestro cuerpo y viceversa. No es que los médicos no quieran dedicar tiempo a sus pacientes, es que el sistema funciona de esta manera y lo que más echa de menos un consultante es compartir esa carga que lleva con el profesional asignado, tanto en la seguridad social como el que escogió de manera privada.
L.-Durante un tiempo trabajaste investigando en el área de microbiología para Bayer. ¿Que opinión te merece la fusión Bayer-Monsanto?
M.A.-Como opinión me parece que asistimos a la pérdida de la soberanía alimentaria de manera incipiente. Cuando Bayer ofreció, en el año 2016, 66.000 millones de dólares para comprar Monsanto -acuerdo comercial que se cierra en diciembre de este año-, yo entendí que vamos a ser esclavos de las voluntades del holding que manejan, puesto que nos van a vender desde las semillas al herbicida específico para las mismas o hasta el medicamento para la enfermedad que causa lo que comamos. Vamos a asistir a la pérdida sistemática y gradual de nuestra calidad de vida, de la calidad de lo que consumimos y de los medicamentos que nos van a proveer. Me parece peligrosa la fusión porque fortalece el oligopolio de las cinco empresas que manejan lo que comemos y lo que utilizamos para medicarnos.
L.-Como nutricionista… ¿cuál es la realidad oculta detrás de los transgénicos?
M.A.-Yo soy agrónomo, bromatólogo, nutricionista y epigenetista, es decir, tengo una formación abarcativa desde la agronomía hasta a la medicina preventiva. Desde el punto de vista científico, soy de aquellos que piensan que los organismos genéticamente modificados son contraproducentes para la soberanía alimentaria, para la biodiversidad y que forman parte de un negocio sostenido y completamente abocado a extinguir a los pequeños agricultores para trabajar solo con grandes productores o cooperativistas que están de acuerdo con firmar los convenios de regulación y control que establece Monsanto en sus protocolos. Cuando ellos te venden una semilla transgénica te obligan a firmar un protocolo en el que aceptas que vas a tener controles periódicos de sus asistentes; que estás obligado a comprar los herbicidas que exclusivamente ellos te venden y, lo más importante y grave, que ni vas a poder comercializar las semillas de tus plantas ni vas a poder reutilizarlas, por lo que estás obligado a volver a comprar semillas y, por tanto, herbicidas. Así ese ciclo termina corrompiéndose, viéndote obligado a recurrir siempre al mismo proveedor sin posibilidad de cambio porque, incluso te amenazan. Monsanto tiene un as en la manga llamado semilla terminator, que es completamente estéril. Tú tienes tu planta pero sus semillas no te darán nada sea cual sea el terreno e independientemente de cuánto riegues, jugando así con el problema del hambre del mundo. Éste se podría solucionar, pues no es un problema cuantitativo sino estructural, hay recursos pero mal distribuidos porque los recursos están en manos de estos “buenos señores”, habiendo una complicidad absoluta entre los gobiernos y las empresas de agroquímicos. Esto es un sistema de puertas abiertas de corruptos que entran y salen de una institución gubernamental o de un organismo privado.
L.-¿Cómo se explica a nivel ético que la multinacional que se dedica a nuestra salud haga declaraciones como “ningún medicamento para indios, creamos medicamentos para quien pueda pagarlos”?
M.A.-Se explica justamente por lo que son: empresas sin ningún tipo de escrúpulos. Jamás han pensado en la seguridad del consumidor; ni de la calidad de los productos que venden; ni en las facilidades que le puedan dar a ningún agricultor; ni en solucionar ningún problema social, estructural o alimentario a nivel mundial. Se interesan por aquellos que puedan pagar sus medicamentos, usando a África como banco de prueba para aquellos medicamentos que aún no tienen una fase clínica completa -puesto que están en desarrollo- y esto demuestra que le dan derecho a la salud a aquellos que se lo puedan permitir, saltándose cualquier derecho fundamental.
L.-¿Son necesarios todos los medicamentos que tomamos, o se esconde detrás un negocio que se lucra con nuestra salud?
M.A.-Es un grandísimo negocio porque cuando a un paciente se le dice que tiene que tomar una pastilla de por vida, se le da a entender que nunca se le va a solucionar el estado en el que está. Es verdad que hay patologías que se cronifican y exigen que la medicación sea continua y de por vida, pero en muchísimos casos no. Vamos a suponer, que es bastante habitual, que tienes depresión, y que quien te trata te dice que vas a necesitar para dormir esta pastilla de por vida -España es uno de los países donde más opiáceos se compran-. Esto significa que te están etiquetando para siempre de depresivo, cuando a lo mejor tu estado de ánimo puede cambiar o puedes reconvertir tu vida a través del amor, de tu familia o porque saliste a la calle y conociste a un Mahatma de la India y ahora estás en paz contigo mismo. El uso de los medicamentos siempre está vinculado a los intereses de la farmacéutica y es un tema que está enquistado dentro de la relación de estructura de poder que lucra con la enfermedad, es decir, al sistema sanitario no le interesa que estés sano porque si no no acudes a las consultas ni compras medicamentos. Por ello, no intenta optimizar nuestro bienestar para prevenir la enfermedad, solo trabaja bajo síntomas. ¿Te duele esto? Pues tómate un antiinflamatorio. Además, nos olvidamos muchas veces de la lista de efectos secundarios -que muchas veces es peor que el síntoma que padecemos- o de la dependencia que te pueda crear el medicamento.
L.-Recientemente se ha visto una ola de pacientes que, dudando de la medicina convencional, han llegado incluso a no vacunar a sus hijos a causa de esta desconfianza. ¿Hasta qué punto hay que confiar en los métodos convencionales y cuáles de sus opciones sí son verdaderamente favorables y necesarias?
M.A.-Respecto a las opciones, la disyuntiva es vacunar o no vacunar. Yo no tengo una opinión más que profesional, y como profesional pienso que tengo trasladar esa opinión a cuestiones personales y eso exige confiar en la decisión que tomen los padres. Todos los profesionales y el sistema deberíamos apoyar a quienes no están de acuerdo con medicar a sus hijos, no podemos demonizarlos. Parece que si no quieres vacunar a tu hijo el sistema entero está en contra tuyo, te lo están recordando permanentemente, ningún médico quiere hacerse cargo de nada y es una realidad que muchos no han vacunado a sus hijos, y éstos no padecen ninguna enfermedad ni ninguna patología, incluso enferman menos que los vacunados. Pero yo no voy a ponerme en una posición ni en contra ni a favor, pienso que es una decisión de familia consensuada entre los padres que, incluso, pueden pedir respaldo a un profesional allegado. Yo lo único que puedo hacer en mi posición es detectar si ese niño tiene una carga de metal pesado en su célula si se le vacunó y cuales son los protocolos de medicina natural, nutricionales sobre todo, que podríamos implementar para ir reduciendo la cantidad de metales pesados.
L.-Teniendo en cuenta que las investigaciones de enfermedades raras no son rentables por sufrirlas una población muy reducida… ¿Qué posibilidades tiene un paciente que padece una enfermedad de la que se ha investigado poco o nada por conceptos como la rentabilidad económica?
M.A.-El tema de las enfermedades raras es un tema complejo desde el punto de vista sanitario y económico. Nosotros en nuestro departamento intentamos acercar el coste de los estudios genéticos a un precio más razonable para saber si la persona aporta algún gen, alguna enfermedad rara, monogénica, autoinmune y que no sea así un escollo difícil de superar para una persona con ingresos medios o bajos. De todos modos, la oportunidad cuando aparece una enfermedad rara la tendríamos que tener los profesionales de la salud para ponernos a estudiar, a desarrollar nuevos métodos y no atender a esa persona como una cobaya y no experimentar constantemente con ella con cosas que no sabemos si van a funcionar. Es una invitación a que sigamos especializándonos. Hay mucho profesional acomodado que no se actualiza. Probablemente vamos a ver cada vez más enfermedades raras, casos de cáncer… porque asistimos a niveles de contaminación cada día más elevados y que empiezan a dar la cara ahora.
L.-De Cuba se habla mucho por sus logros en medicina, como recientemente lograr una vacuna para que el VIH no se transmita de madres a hijos. ¿Qué conocimientos tienes del sistema sanitario cubano? ¿Por qué la medicina y la sanidad tiene tanta importancia allí?
M.A.-El sistema cubano es un sistema de grandes profesionales de la salud que responde a una política del gobierno de Fidel Castro, al sistema político, a las inquietudes de éste y al altísimo nivel de academia que se impone -entendiendo el contenido, no las notas-. Más allá de si estamos de acuerdo con las políticas comunistas, en Cuba más del 95% de la población tiene profesión y, anteriormente, han podido acceder a estudios universitarios impartidos por grandes profesionales. Esto solo ocurre cuando uno, como el gobierno cubano, promueve la educación en su país con profesores de gran calidad y comprometidos con el bien de la sociedad, devolviendo a ésta con su conocimiento lo que en su día ésta te dio.
L.-Te voy a decir una serie de nombres para que me digas en pocas palabras qué es lo te viene a la cabeza al escucharlos:
- Lafitar S.L:
M.A.-Emoción, infancia, recuerdo y añoranza a mi padre. Fue el primer laboratorio de medicina natural en Argentina dedicado a la fitoterapia y era, además, de mis padres, por lo que crecí allí aprendiendo con mi padre en el laboratorio.
- RODMAR C.B:
M.A.-Ilusión y mi presente. Es la empresa que he logrado formar con uno de mis mejores amigos, Rodrigo Cassaniti. Tenemos un proyecto novedoso que nos hace mantener la ilusión e impulsa nuestras almas con ese aire de refresco. Fabricamos productos de medicina natural con una marca propia para cada médico, nutricionista, dietista…
- Test epistemológico:
M.A.-Importancia o valía, pues la epistemología es una parte de la filosofía y, al final, somos lo que comemos, lo que absorbemos, lo que pensamos…
- Industria farmacéutica:
M.A.-Es el hijo del demonio.
- República Democrática del Congo:
M.A.-Excelentes recuerdos de los compañeros con los que trabajé allí en epidemiología nutricional, de la población, de los colectivos; aunque sin poder evitar que mi corazón sangre al recordar lo que viví, lo que sufrí, los niños que fallecieron…
- Argentina:
M.A.-Mi amor y mi pasión, mi familia, mis nuevos abrazos con viejos amigos, el calor de mi madre…
- Mauricio Macri:
M.A.- Si la industria farmacéutica es el hijo del diablo, Mauricio Macri es uno de los padres. Es uno de los políticos que avala los protocolos de negociación siniestros, oscuros y corruptos de las agroquímicas que apadrinan la industria farmacéutica y agroalimentaria. Aunque para muchos argentinos sea esperanza, para mí no deja de ser un burgués interesado en cuestiones económicas.
- Cristina Kirchner:
M.A.-Corrupción es la palabra que mejor la define. Sé que esta opinión es muy controvertida, pero en lo personal pienso que ha hecho muchísimo daño a la estructura productiva de Argentina y al tejido sociopolítico, mancillando a la clase media y manteniendo a quienes no trabajaban en la misma improductividad.
L.- Muchas gracias.
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