Entrevistamos a Teresa Franco, actual concejala de Igualdad de la ciudad de Murcia. Militar durante 18 años, denunció los comportamientos machistas dentro del Ejército. Tras ser expedientada por las Fuerzas Armadas y espiada por los servicios de inteligencia, dio el salto a la política de la mano del PSOE municipal en el lado de la oposición. Dos años después, el tsunami murciano que partió el tablero político nacional, y fue nombrada Concejala de Igualdad, Juventud y Cooperación al Desarrollo de la ciudad de Murcia. Vivir para contarlo.
Marta Hernández. – En 2018 sufriste la apertura de un expediente por parte del Ejército del Aire. Los motivos fueron, entre otros, las muestras de disconformidad con las condiciones laborales, o la denuncia en medios de comunicación de la existencia de machismo en las fuerzas armadas, ¿cómo viviste aquellos momentos? ¿Qué pensaste cuando te enteraste de que habías sido expedientada y espiada incluso?
Teresa Franco. – Sentí mucho desamparo, mucha injusticia. Si no se hubiese archivado, las consecuencias de ese expediente para mi hubiesen sido expulsión de las fuerzas armadas y tampoco hubiese tenido la pensión que le queda a los militares que nos vamos a los 45 años porque rescinde nuestro contrato. O sea, que lo pasé muy mal, ya no solo por la injusticia, porque no me lo merecía, sino por la consecuencia que podría haber causado en mi vida: el salir de las fuerzas armadas por la puerta de atrás.
M.H. – ¿Qué tipo de comportamientos machistas son los que sufren las mujeres en el ejército español?
T.F. – Dentro del ejército sufrimos las mismas consecuencias de la sociedad machista que sufren las mujeres en la calle, porque no somos un espacio aparte. Lo que sí es cierto es que la idiosincrasia del ejército multiplica esas consecuencias porque es un mundo muy jerarquizado y muy masculinizado, las mujeres estamos su mayoría en la base de la pirámide, por tanto hay machismo porque no tenemos capacidad de decisión al igual que la tienen los compañeros. También hay acoso sexual, hay abuso sexual, se ha demostrado en los juzgados que eso existía. Hubo un tiempo en que quien fuese Ministro de Defensa, Morenés, lo llegó a negar el Congreso de los Diputados por el caso de Zaida Cantera. Ha sido un mundo muy opaco en ese sentido, ser mujer allí dentro es muy complicado porque no está todavía la igualdad alcanzada. A nivel legal se soporta todo, el papel lo soporta todo pero luego la realidad es otra.
“Hay acoso sexual, hay abuso sexual, se ha demostrado en los juzgados que eso existía.”
M.H. – ¿Piensas que ha cambiado algo dentro del ejército a raíz de tu caso? ¿Crees que todo aquello sirvió de algo?
T.F. – ¡Yo creo que sí! Porque cuando hay una mujer luchadora en cualquier aspecto, en cualquier área, esto sirve de ejemplo para las demás. Creo que ha podido cambiar el hecho de que si alguna mujer se siente acosada, tiene el ejemplo de que se puede luchar y decir no. Y que el sistema funciona, porque a mí el sistema me ha ayudado. También ha habido avances en la normativa con el nuevo Ministerio de Defensa de Margarita Robles al frente: ya hay protocolos frente al acoso sexual en las Fuerzas Armadas, antes no los había. Yo soy una firme defensora de que hace falta un cambio estructural muy grande dentro de las fuerzas Armadas, que quienes trabajamos allí somos por encima de todo trabajadores y tendríamos que tener derecho a sindicato, y por supuesto abogo por que se elimine la justicia militar, porque en casos de acoso, abuso o agresión sexual no deberían estar juzgándose en tribunales militares sino en tribunales de la jurisdicción ordinaria.
M.H. – Se archiva el caso, y casi a mediados de 2019 el socialista José Antonio Serrano te invita a formar parte de las listas a la candidatura del Ayuntamiento de Murcia, ¿te habías planteado alguna vez la actividad política?
T.F. – Sinceramente no, pero también es cierto que cuando te dedicas al activismo, asociacionista militar en mi caso, haces política. En la vida todo es política, pero la política de forma profesional no me la planteaba. Cuando recibí la llamada de Serrano fue una sorpresa, nadie lo sabe pero tardé mucho tiempo en pensar si me aventuraba a participar en su proyecto, pero luego pensé: las mujeres siempre tenemos una excusa para decirle que no al poder. Y en esta vida se me estaba brindando una oportunidad que creo que no debía dejar pasar.
M.H. – Después de 18 años en el Ejército del Aire, ¿cómo fue el salto a la actividad política?
T.F. – Fue muy interesante, y creo que histórico. Dentro de las propias Fuerzas Armadas había mucho desconocimiento: nosotros nos debemos a la neutralidad política, el que alguien me ofreciese entrar en las listas dejaba un vacío legal: no podía hacer campaña electoral con mis compañeros, no podía hacer entrevistas como la que estamos haciendo ahora, no podía presentarme ante los medios con la transparencia y la naturalidad que lo hacía cualquier persona que va en unas listas. Tuve que permanecer en la sombra y dentro de las Fuerzas Armadas hubo bastante revoloteo porque no se sabía si Teresa Franco estaba incumpliendo la neutralidad política o no. No la estaba incumpliendo, por supuesto que no, cuando salí en boletín oficial y pasé a servicios especiales, que es la situación administrativa a la que pasamos los militares cuando nos invitan a entrar en política, ya fui libre para poder hacer campaña.
M.H. – ¿ Y cómo fue el salto a la vida civil?
T.F. – Algo muy nuevo pero muy refrescante, muy ilusionante. Pasé completamente de ser militar a ser una civil que servía a su pueblo, en este caso desde la política. Son dos formas de trabajar por la ciudadanía muy diferente. Yo creo que a día de hoy todavía no soy consciente de la aventura que estoy viviendo.
M.H. – Han pasado ya dos años desde entonces, ¿qué valoraciones haces de la política ahora?
T.F. – Hay sensaciones agridulces, mentiría si digo que todo es maravilloso. Te encuentras con que quieres hacer muchas cosas y no puedes hacer todo. Desde luego que aquella frase tan manida de “los políticos no hacen nada” no es cierto, tenemos mucha presión emocional y de responsabilidad, estoy aprendiendo a lidiar con eso, pero bueno, ¡tiene sus sinsabores! Sus luces y sus sombras.
“No éramos conscientes de la moción de censura.”
M.H. – Llegamos a la famosa moción de censura que ha removido la política en todo el país. A nivel nacional Ayuso ha rozado la mayoría absoluta en unas elecciones municipales de Madrid, Pablo Iglesias ha abandonado la política de manera definitiva. Aquí, en la ciudad de Murcia, habéis desbancado al PP después de 26 años y ahora es el PSOE quien asume la alcaldía contigo como concejala de Igualdad ¿cómo se elaboró esa moción?
T.F. – He de decir que no éramos conscientes de la moción de censura. Se estableció desde otros niveles y no todos éramos conocedores de ella, para muchos fue también una sorpresa. Pero bueno, las reglas de la democracia han hecho que en el Ayuntamiento sí que salga adelante la moción de censura para que C’s y PSOE podamos gobernar en mayoría. Tenemos que… yo por lo menos, congratularme de ello, porque por higiene democrática, después de tantos años en un ayuntamiento, creo que le conviene a todos los ciudadanos y ciudadanas de Murcia.
M.H. – ¿Eráis conscientes de la repercusión a nivel nacional que tendría?
T.F. – El efecto tsunami murciano. Pablo Iglesias se retira de la política, a mí me parece muy valiente por su parte, está demostrando que a la política se viene de paso, o se debe venir de paso, y si ha fracasado en su campaña y ha considerado que es el momento de dejarlo pienso que es algo que honra a alguien que está en política. Ayuso ha sido ganadora, el pueblo ha hablado, la democracia ha hablado y lo que tenemos que hacer es ser autocríticos, revisar en qué estamos fallando, por qué nuestro mensaje no termina de calar en la ciudadanía. Yo personalmente hago autocrítica y le doy la enhorabuena a quien ha ganado, en Murcia desde luego tenemos la oportunidad de demostrar que se puede gobernar de otra manera, la estamos teniendo ya, y me parece apasionante porque simbolizamos libertad, la libertad auténtica: la de los derechos sociales.
M.H. – ¿Esperabais el transfuguismo por parte de C’s? ¿Qué reacciones tuvisteis dentro de la coalición cuando os enterasteis de estos cambios de partido?
T.F. – Bueno, el sentimiento, y creo que hablo por parte de todos y de todas fue de traición: no es moral, ni ético, ni sano. Todo el mundo en este país tiene derecho a cambiar de opinión, a profesar la religión que quiera, a militar en el partido que quiera, pero yo no creo que sea un derecho traicionar, y también son muy importantes los valores de la lealtad, del compromiso, y estamos hablando de personas que firmaron, personas que no cambiaron de opinión, personas que han terminado yéndose por un camino que al final les ha beneficiado en lo personal, en lo económico, en lo material… y a la política se viene a dignificarla. El sentimiento de traición es tremendo, pero nos sobreponemos, seguimos adelante y seguimos visibilizando que somos cambio y que somos valores democráticos y por los que merece la pena apostar.
M.H. – ¿Cómo se vivieron aquellos momentos por parte del PSOE en Murcia? En los que no se sabía cómo iba a acabar todo finalmente. Una vez celebrada la moción, cuando se supo lo del transfuguismo, que Ayuso había convocado elecciones con el objetivo de evitar lo que había pasado aquí…
T.F. – Dentro del Ayuntamiento de Murcia nos llevamos muy bien con nuestros socios de gobierno, no nos encontramos el panorama de transfuguismo que habíamos visto en la comunidad autónoma, ¡pero claro! La sombra de la duda, la inestabilidad que podría provocar que alguien nos fallara en esta moción de censura del Ayuntamiento, esa sensación… hasta que no escuchamos los 15 votos que eran necesarios para que la moción de censura saliera adelante estábamos como en una calma tensa, pero efectivamente se ha demostrado que somos un equipo de gobierno que estaba cohesionado, que nuestros compañeros en el ayuntamiento de C’s sí han sido leales y honrados y coherentes, y a la vista está que sí hemos podido conseguir el gobierno en el Ayuntamiento, entonces vivimos todo esto con calma, pero con una calma que realmente lo fue después de la votación.
M.H. – ¿Qué retos asume Teresa Franco como concejala de Igualdad?
T.F. – Mi reto principal es facilitar y mejorar la vida a las mujeres de este municipio, a las murcianas y a las que viven en Murcia. Para ello todas las acciones que estoy emprendiendo, y las que quiero emprender, van en la línea de eliminar estereotipos machistas, de eliminar la cultura patriarcal que hace que todavía en el municipio de Murcia ser mujer parezca que tiene menos valor que ser hombre. Uno de los pasos que hemos dado desde la concejalía de Igualdad es que vamos a cambiar la ordenanza municipal para que la publicidad sexista se persiga, va a ser histórico en este municipio. Yo quiero activar el asociacionismo de las mujeres darles participación, darles voz, donde también todos los servicios del ayuntamiento estén tomando decisiones con perspectiva de género. Realmente mi concejalía a mí me gustaría que estuviese avocada a la extinción, y que desde cada concejalía se tuviese la formación suficiente, la voluntad política suficiente para tomar decisiones que piensen en las mujeres, de eso se trata, lo que pasa es que nosotras, desde Igualdad, vamos a estar ahí vigilantes para que eso se vaya instalando.
M.H. – ¿Y a nivel personal qué supone ser concejala de Igualdad?
T.F. – A nivel personal supone una oportunidad única que te da la vida, supone mucho vértigo porque ahora cada documento que firmo puede acarrear implicaciones incluso penales. Hay que estar muy vigilante de hacerlo todo bien, de hacerlo con honradez, con legalidad y ya solo por eso es una sensación muy diferente al estar en la oposición, porque la responsabilidad recae en tu persona, pero tengo un equipo de gente fantástico, todos lo tenemos. Mi reto es ser feliz, no quiero que nadie me cambie la forma de ser por estar en política, a veces es duro y muchas veces te vas a tu casa y piensas: “debería ser más dura”, o “debería ser menos sensible, o “debería ser…”, no, quiero ser yo e ir cumpliendo mis objetivos sin dejar de ser yo. Espero conseguirlo, ya le tengo dicho a todo el mundo que si me descarrilo me avisen.
M.H. – Acabas de llegar a la concejalía pero, ¿dónde te ves en cinco años?
T.F. – ¿Dentro de cinco años? Pff, a mí me encantaría continuar con el proyecto político y que siguiésemos en el gobierno, pero no tengo ni idea, mi vida, tal y como se me está planteando, no sé qué me deparará el futuro. Lo mismo me visualizo en EEUU dando clases de español, que ha sido algo que he tenido siempre en mente, que escribiendo, o en política… no lo sé, según me vayan viniendo las cosas así haré. Lo que sí sé es que estos dos años que tengo por delante en los que el mandato es para nosotros, lo voy a dar todo, eso sí que lo sé, y me lo voy a pasar bien por el camino, porque yo quiero disfrutar de la política, y que la política disfrute de mí y que sobre esa base se vayan haciendo cosas bonitas, y que repercutan en la vida de la gente, porque llevo Igualdad, pero también llevo Juventud y Cooperación al Desarrollo, y son dos áreas importantísimas también. Los jóvenes de este municipio tienen que tener también sus espacios de participación y que no entiendan que la política es algo que no les afecta, sino que entiendan que son un agente importantísimo y crucial de la misma.
Entrevista realizada por Marta Hernández.