de Friedrich Murnau (1922)
“Nosferatu es mejor título que “Drácula”. Se dice “Drácula” y sonríes. Mencionas “Nosferatu” y es como morder un limón.”
(Roger Ebert, crítico de cine y premio Pulitzer).
NOSFERATU es el primer título importante de todo un género cinematográfico que con el paso del tiempo ha dado lugar a un puñado de obras maestras: el cine de vampiros. Su precedente parece encontrarse en un cortometraje inglés “The vampire” en el que una mujer vampiro mataba a dos hombres en la India, ya que las apariciones anteriores del vampiro en cortometrajes como “Vampires of the Coast” (1909) o la producción italiana “La torre del vampiro” (1913), carecían por completo de contenido sobrenatural.
NOSFERATU nació como una versión pirata de la famosa novela gótica de Bram Stocker, “Drácula”. Fue estrenada en marzo de 1922 y a los dos meses de su estreno, Florence Stocker, viuda de Bram, presentó una demanda por infracción de derechos de autor. Después de una serie de apelaciones, la productora se declaró en bancarrota y en julio de 1925 el tribunal ordenó la destrucción de todas las copias, pero, afortunadamente, los autores habían conseguido vender antes el negativo en el extranjero. Restaurada posteriormente tomando como base diversas copias encontradas en varios países, “Nosferatu” aparece hoy ante los ojos de los espectadores como la obra maestra que es.
La trama de “Nosferatu” es muy similar a la de “Drácula”. Hutter, empleado de una inmobiliaria de Wisborg, es enviado por su patrón, enloquecido por las ciencias ocultas, a Transilvania, tierra de fantasmas, en busca de un extraño conde que quiere comprar una casa en Wisborg. La esposa de Hutter, la sensible Ellen tiene un presentimiento, pero se muestra incapaz de evitar el viaje de su marido. Hutter llega al solitario y siniestro castillo del conde Orlok, que resulta ser un Nosferatu, un vampiro. Nosferatu embarca camino de Wisborg sembrando la peste a su paso, mientras Hutter hace el viaje por tierra tratando de llegar antes para proteger a su esposa Ellen. A la llegada del vampiro, acompañado de cientos de ratas, la peste se extiende por la ciudad y Ellen tendrá que sacrificarse para destruir al vampiro reteniéndole hasta el amanecer. La luz del sol, acabará con Nosferatu.
Friedrich Murnau, hombre de gran cultura y refinado gusto, se planteó el filme desde un punto de vista pictórico, creando un clima romántico que constituye una fiel adaptación del espíritu de “Drácula” de Stocker. Además de algunas obras de Munch (la fachada de un viejo almacén en la ciudad de Lübeck) y de su amigo, Franz Marc, la influencia plástica más notoria fue la de Kaspar David Friedrich que le ayudó a visualizar las fuerzas ocultas de la naturaleza. De esta manera, Murnau, apoyado en la obra de estos pintores románticos, consiguió algo insólito en el cine: hacer visible lo invisible y conseguir por vez primera en la historia del cine un cine pictórico en el que los recursos dramáticos están tomados de la pintura, ya que las localizaciones de la película fueron decididas por Murnau en función de su parecido con las pinturas románticas. Además, Murnau, creó una atmósfera de terror mediante movimientos directos hacia la cámara: la repulsiva figura del vampiro avanzaba, con exasperante lentitud, desde la extrema profundidad de un plano hacia el otro, en el que, bruscamente, se hacía gigantesca. El director supo captar a la perfección el poder visual que emana del encadenamiento de los distintos planos. La mezcla de verdad y fantasía constituye uno de los puntales del acierto y la permanencia de este extraordinario film, una asombrosa película de terror donde produce más tensión el viento agitando los árboles, una playa tranquila o un barco navegando, que la propia presencia del vampiro. Las calles silenciosas y solitarias de Brema con el cortejo de ataúdes captados a vista de pájaro, el ambiente ruinoso, amoral, impregnado de terrores, las cajas que contienen la tierra donde reposa el vampiro, transportadas a las balsas…todo es perfecto, dosificado y hermoso.
¿Es Nosferatu una película de miedo, un filme que inspire terror? Creemos que no. Nosferatu es admirable por algunas de las cosas que hemos señalado y, también, por supuesto, por su atmósfera. Como dijo Ebert, “no nos asusta, pero nos hechiza”.
Unas palabras sobre su principal intérprete, Max Shreck que logró evitar todos los tics teatrales de otros intérpretes posteriores, como Lugosi o Christopher Lee. Porque Murnau le hizo ver que no debería aparecer como un actor sino como un hombre maldito, como alguien más parecido a un animal que a un ser humano.
Y también estamos de acuerdo con todos los grandes creadores cinematográficos que se negaron en principio a utilizar el sonido. Porque “Nosferatu” es más efectiva por ser muda, porque no existe ninguna posibilidad de que sus personajes puedan responder con palabras cuando se enfrentan a imágenes alarmantes. Porque no puede haber réplica en las pesadillas.
La primera película de vampiros, inspirada en la obra inmortal de Stocker, inaugura una serie que recorre toda la historia del cine para acabar convirtiéndose, después de un largo periplo, en la mejor, en la indiscutida e indiscutible obra maestra del género.
Puedes ver la película completa aquí: