Nombre real: Ann Ward. Seudónimo: Ann Radcliffe (La gran Hechicera)
Nació en Holborn (Londres) y era hija de un comerciante. Tomó el apellido de su marido, editor del English Chronicle que fue su principal apoyo como escritora. No tuvo demasiado éxito con su primera novela Los castillos de Athlin y Dumbayne, pero sus cuatro novelas siguientes, Un romance siciliano, El romance del bosque, Los misterios de Udolfo y El Italiano se convirtieron en grandes éxitos. Su influencia fue notoria en gran parte de los escritores coetáneos suyos, entre ellos la propia Jane Austen que llegó a parodiar Los misterios de Udolfo en su famosa novela La abadía de Northanger. Llegó a ser conocida como La Gran Hechicera o Madre Radcliffe precisamente por su enorme influencia en el género y por el cultivo de lo que se llamó Lo sobrenatural explicado donde, de alguna forma la autora explica que lo que entendemos como sobrenatural puede ser explicado en última instancia por causas naturales.
La novela gótica surge en Inglaterra a finales del siglo XIX impulsada por la obra de escritores como Horacio Walpole (El castillo de Otranto), Clara Reeve (El viejo barón inglés), William Beckford (Wateck), Matthew Gregory Lewis (El monje) y Ann Radcliffe (Los misterios de Udolfo) y, posteriormente, aupadas por el gran éxito de estas, con el Frankenstein de Mary Shelley, Canción de Navidad de Charles Dickens, Drácula de Bram Stocker y las obras de Edgar Allan Poe. También tuvo reflejos en la poesía de Coleridge y de Lord Byron. Originalmente Gótico se refiere a los godos, para denominarse poco después como alemán y se refiere a la arquitectura gótica de la Edad Media, donde se sitúan gran parte de esta historias de terror. En este contexto la utilización de elementos visuales constituyó una estrategia innovadora para leer el mundo a través de patrones visuales lingüísticos. Radcliffe, además, introdujo en la literatura la figura del villano gótico y sus obras inspiraron la idea emergente del “feminismo gótico” que expresó la idea del poder femenino a través de una debilidad fingida. El sello de la escritora fue la feliz combinación de las experiencias terroríficas con una descripción eminentemente visual.
OBRAS DE ANN RADCLIFFE (Una selección)
LOS MISTERIOS DE UDOLFO
Publicada en cuatro volúmenes en el verano de 1794. Es, si duda, la novela más famosa de su autora y por la que cobró la cantidad de 500 libras. Ejerció una notable influencia en su tiempo tanto entre los lectores como entre toda una generación de escritores que llegó a considerarla como el arquetipo de la novela gótica. Cuenta las aventuras de Emily, una joven francesa que queda huérfana a la muerte de sus padres y es víctima de un bandolero italiano y de sucesos sobrenaturales en un castillo. Los hechos que suceden, aparentemente sobrenaturales, son esclarecidos al final de la novela y su autora les de una explicación natural.
EL ITALIANO
Narra la historia de Vicentio di Vivaldi, un aristócrata italiano enamorado de una joven italiana que acaba siendo rechazado por la familia de ésta. Una novela repleta de traiciones, intrigas y sucesos de toda índole que la convierten junto con Los misterios de Udolfo es una de las mejores obras de Ann Radcliffe. Sobresale la descripción de ambientes y aunque carece de los ingredientes sobrenaturales que hicieron famosa a Udolfo, tiene a su favor un más que notable estudio en profundidad de las preocupaciones de la burguesía de su época.
EL ROMANCE DEL BOSQUE
Editorial CÁTEDRA
Otra de las grandes novelas de su autora, que sigue aumentando su prestigio con el paso del tiempo. Destaca aquí la importancia del paisaje en los protagonistas de la historia, las ruinas como símbolo de la fugacidad de todas las cosas y el culto de lo sombrío. Todo ello contribuye a potenciar las emociones contradictorias de placer y miedo que suscitan las novelas góticas. Considerada como una de las mejores novelas góticas de la historia, junto con las dos anteriores de Ann Radcliffe y compartiendo honores con El castillo de Otranto de Walpole, el Frankenstein de Mary Shelley, Drácula de Bram Stocker, El monje de Mathew Gregory Lewis o Melmoth el errabundo de Charles Maturin.