EL MISTERIO DE LA PUERTA DEL SOL (1929)
Producción: Francisco Elias/Feliciano Vítores
Dirección: FRANCISCO ELÍAS/ FELICIANO VÍTORES
Guion: Francisco Elías
Fotografía: Tomás Duch
Música: Manuel Penella
INTÉRPRETES:
JUAN DE ORDUÑA, TERESA PENELLA, TERESA ZORI, ANITA MORENO, JACK CASTELLO, ANTONIO BARBERO, TERESITA SILVA, CARLOS RUFART, FEDERICO KIRKPATRICK
Duración: 75 minutos
Blanco y negro. Virado en colores
SINOPSIS:
Con el fin de hacerse famoso un aspirante a actor sueña con cometer un crimen
POLICÍACA
COMENTARIO DE FRANCISCO ELÍAS. DIRECTOR
En un viaje a Madrid conozco al señor Vítores, el hombre que compró a Lee de Forest, el inventor de la lámpara de tres electrodos que hizo posible la radio, el cine sonoro y la televisión, una patente y, con ella, una cámara provista de célula fotoeléctrica para toma de vistas y todos los elementos necesarios para la exhibición de los films producidos por ese procedimiento.
Mediaba la curiosa circunstancia de que Lee de Forest, el genial inventor, tenía sus talleres en Nueva York, en la famosa calle 42, en el Candler Building, pared por medio de los talleres de trucaje, imprenta y laboratorio que bajo las denominaciones de Franciso Elías, J.A. Elías y Elías Ptress. Inc. funcionaron desde el año1916 en que los fundé, hasta el año 1930, produciendo el 70% al 80% de los títulos y subtítulos de toda la producción norteamericana. En el transcurso de esos años dichas oficinas fueron visitadas y frecuentadas por muchas, por no decir la totalidad de las personalidades que pasaron en aquellos tiempos por Nueva York. Grandes figuras del arte, de las letras, de la política, de la aristocracia y de la ciencia de España y de Hispanoamérica. (…) Recuerdo que por aquél entonces mi vecino de oficina y admirado amigo, señalando primero la cámara con que hacía sus experimentos, llamada por él Phonofilm y luego el taller de imprenta cuyas tres linotipias apenas daban abasto para imprimir los textos que luego habían de ser fotografiados para poder ser insertos en las películas, me dijo: “¡This will kill that!”. Una profecía que, por supuesto, tardó pocos años en realizarse.
¡Qué lejos estaba yo de pensar que ese mismo armatoste u otro parecido había de hallármelo yo en Madrid algunos años después y que había que realizar con él el primer film hablado en español! Lo titulé El misterio de la Puerta del Sol y llevé en él de operador a Tomás Duch y de protagonista a Juan de Orduña. El aquellos tiempos el ahora laureado realizador de tantas y excelentes películas era, en el ámbito cinematográfico español, de los pocos, muy pocos que creían en el triunfo de la nueva modalidad. Se embarcó conmigo, alegremente, en esta aventura, en la que poco teníamos que ganar y mucho que perder y que, en ocasiones, alcanzó perfiles trágico-cómicos. Se rodó en el jardín de un hotelito de la Ciudad Lineal en pleno y riguroso invierno. Se levantaron decorados al aire libre y más de una vez éstos se desclavaron y se mudaron de sitio porque esta operación resultaba más fácil que la de cambiar de lugar la cámara, un artefacto pesado y difícil de manejar. Como el sonido y la imagen se imprimía en la mima cinta y el productor no quiso o no pudo meterse en nuevos gastos –separándolos mediante un trabajo de laboratorio para darles el paso sincrónico adoptado como standard- la película se exhibió únicamente en ciudades y pueblos de provincias, en cines que el productor acondicionaba previamente con sus aparatos de proyección y amplificación. Por esta causa no se pasó en proyección normal. La película se estrenó, no obstante, en una capital castellana, Burgos, el mes de febrero de 1929 y fue, indudablemente, LA PRIMERA PELÍCULA HABLADA EN CASTELLANO REALIZADA EN EL MUNDO.
Feliciano Vítores