El cine español en el recuerdo: 42.- Se le fue el novio (1945)
EL CINE ESPAÑOL EN EL RECUERDO
SE LE FUE EL NOVIO (1945)
Producción: Juan Homedes
Dirección: JULIO SALVADOR
Argumento: La novela Se le fue el novio de Andrés Revesz
Guion: José León, Julio Salvador
Fotografía: Emilio Foriscot
Música: Juan Durán Alemany
INTÉRPRETES:
SARA MONTIEL (María Luisa), MARTA FLORES (Isabel), FERNANDO FERNÁN GÓMEZ (Miquel), RAMÓN MARTORI (Ministro), EMILIO FÁBREGAS (Tío José), RAFAEL NAVARRO (Esteban), RICARDO MARTÍN (Roberto), SALVADOR FONT (Príncipe ruso), ALFREDO CRUZ (doctor), ALBERTO LÓPEZ (Presidente).
Duración: 95 minutos
Blanco y negro
SINOPSIS:
Un funcionario se enamora de una chica víctima de un error administrativo
COMEDIA
COMENTARIO DE SARA MONTIEL. ACTRIZ
Se le fue el novio era una película simpática, muy divertida. La recuerdo con cariño porque en ella canté el aria de la locura de Lucía de Lammermoor y lo hice con el tono adecuado. Además salía muy bien vestida, porque era un momento en el que yo cogía muchas revistas americanas y copiaba los vestidos y los sombreros de las estrellas, porque quería salir como ellas, con ese toque moderno. Julio Salvador, que era un hombre muy fino y muy educado, me dio la razón.
Haciendo Se le fue el novio probé el yogur por primera vez. Mi madre y yo habíamos alquilado una habitación en una casa particular que estaba justo enfrente de los estudios Kniefón y cuando no rodábamos, me iba al cine con Alejandrito Ulloa, que tenía solo un par de años más que yo y nos habíamos hecho amigos. Mi madre nos preparaba la merienda a los dos. Y en una confitería que estaba en Sarriá, al lado del cine, descubrí el yogur, que todavía no era popular en España y desde entonces no he dejado de tomarlo.
Alejandro estaba de foquista con Mariano Ruiz Capillas, el mismo fotógrafo de Empezó en boda, que siguió enseñándome la parte técnica del cine. Estos asuntos del foco, los cambios de objetivo para ajustarse al plano y esas cosas no las hablaba con el resto de los actores, ni siquiera con Fernando, aunque él debía de saber de técnica o, por lo menos, estar interesado, porque enseguida se convirtió en director.
Estas cuestiones técnicas me sirvieron después de mucho con don Miguel Zacarías, que le gustaba recrearse en primerísimos planos de mis ojos. Decía que no había conocido a nadie con unos ojos como los míos y que los dominase tanto, con la expresividad adecuada. Y es que es muy difícil controlarse y no salirse de campo.
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