El cine español en el recuerdo: 38.- Bambú (1945)
EL CINE ESPAÑOL EN EL RECUERDO
BAMBÚ (1945)
Producción: SUEVIA FILS
Dirección: JOSÉ LUIS SÁENZ DE HEREDIA
Argumento y Guion: Joaquín Goyanes
Fotografía: Michel Kelber
Música: Ernesto Halffter
INÉRPRETES:
IMPERIO ARGENTINA (Bambú), SARA MONTIEL (Yoyita), MARY LAMAR (Isabel), JULIA LAJOS (Gobernadora), LUIS PEÑA (Alejandro), MARÍA VICENT (Asunción), FERNANDO FERNÁN GÓMEZ (Antonio), ALBERTO ROMEA (General), JOSÉ Mª LADO (Mestizo), FÉLIX FERNÁNDEZ (Hispanista), FERNANDO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA (Don Arturo).
Duración: 111 minutos
Blanco y negro
SINOPSIS:
El compositor Alejandro Arellano, tras un fracaso amoroso, se alista como voluntario en la Guerra de Cuba y se enamora de una vendedora de frutas llamada Bambú.
MUSICAL
COMENTARIO DE IMPERIO ARGENTINA
Bambú fue un proyecto personal de Joaquín Goyanes. Era una historia ambientada en los últimos años de la presencia española en Cuba y eso era algo que le afectaba de lleno, dado que su padre fue el último capitán general de la isla.
Mientras estábamos en Portugal, él fue dando vueltas a la idea hasta que decidimos regresar a España para que pudiese continuar sus investigaciones sobre la época. Necesitaba documentación, libros de historia y en su busca recorrimos archivos y librerías de lance, La suerte nos sonrió en la Cuesta de Moyano, donde encontramos varios volúmenes que hacían un recorrido histórico de las islas casi desde su descubrimiento y que incluían muchas ilustraciones que nos sirvieron para la ambientación y en las que se inspiró Julio Lafitte para el vestuario.
Mentiría si dijese que Bambú es una buena película, porque no lo es, a pesar de que tenía los ingredientes para serlo: lo primero, el rigor de Joaquín, que controlaba todos los aspectos para que no se cometiesen barbaridades. Se hizo completamente en estudio y toda la ambientación estaba muy conseguida, con una escenografía excelente de Sigfrido Burman. El reparto era excelente, con Fernando Fernán Gómez y Luis Peña como galanes, Julia Lajos en uno de sus típicos papeles de matrona despistada a los que hacía crecer con su inigualable y divertida chispa y una jovencísima y prometedora Sarita Montiel, con quien después he mantenido una amistad muy agradable y cuyos éxitos posteriores me alegraron mucho. Y otra chica que participó en Bambú en un papelito minúsculo, casi de extra, era nada menos que Nati Mistral, una de las artistas más inteligentes, preparadas y cultas que jamás haya conocido.
La música de Ernesto Halffter es excelente y la grabó la Orquesta Nacional de España bajo su dirección. Además participó otro gran músico y querido amigo, Regino Sáinz De la Maza, quien no quiso cobrar nada por su trabajo porque lo hizo por amistad. A veces, cuando me sentía triste, melancólica, le llamaba por teléfono.
– Anda, Regino –le decía- tócame la Chacona de Bach
No puedo describir lo que Bach es para mí, porque lo es todo, lo más sublime. Y Regino cogía su guitarra y tocaba solo para mí.
Pues a pesar de todos estos artistas tan valiosos, la película pasó sin pena ni gloria. Tal vez con otro director habría sido mejor, porque aquí Sáenz de Heredia no acertó a darle el tono que requería. No obstante José Luis Sáenz de Heredia era un buen director que hizo muy buena carrera. Yo lo conocía porque había sido asistente de Florián, quien lo llamaba Peloto, no sé bien por qué.
El caso es que se estrenó en octubre de 1945 en Madrid y a pesar del despliegue publicitario y de producción que la acompañó, no llegó a calar. Pero yo tenía cosas más dolorosas en las que pensar, por ejemplo, en que mi relación con Joaquín Goyanes estaba llegando a su fin. (Memorias de Imperio Argentina)
COMENTARIO DE SARA MONTIEL. ACTRIZ
Tras haber hecho Te quiero para mí y Empezó en boda, que me llamasen para hacer Bambú con Imperio Argentina fue un shock muy grande para mí. Bambú, que la dirigió José Luis Sáenz de Heredia, es una película histórica sobre las colonias españolas y yo hacía de hija del capitán general de Cuba. Pero lo que más me importaba de esta película era que significaba trabajar con la artista española que yo más admiraba desde pequeña, cuando tuve clarísimo que el camino que yo quería hacer se parecía al suyo: cantar en el cine. Por Imperio sentía algo especial y cantaba todas sus canciones. —Échale guindas al pavo, El día que nací yo…– cuando yo no abultaba aún más que un piojo; y es que ella tenía una manera preciosa de cantar, muy fina, sin ninguna irritación y, además, con una dicción perfecta. Imperio es una maestra. Por eso hacer Bambú fue un honor muy grande para mí.
Poco antes de empezar la película, ella había dado a luz a su hija Alejandra. Y se la traían al estudio para darle el pecho. Cuando llegamos mi madre y yo nos pasábamos por la sala de maquillaje o por su camerino y nos dejaba coger a la nena. Se me juntó el placer ante la maternidad con la admiración que sentía por ella. El de Bambú fue un rodaje fácil. (Memorias de Sara Montiel)
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