CARMEN LA DE TRIANA (1938)
Producción: Proelich Film/ Hispano Film Produktion.
Coproducción Hispano-Alemana
Dirección: FLORIÁN REY
Argumento: La novela Carmen de Prosper Merimée
Guion: Florian Rey, Fred Andreas y Philip Lothar Mayrig
Fotografía: Reimar Kuntze
Música: Juan Mostazo, José Muñoz Molleda, Hanson Milde
INTÉRPERETES:
IMPERIO ARGENTINA (Carmen), RAFAEL RIVELLES (José Navarro), MANUEL LUNA (Antonio Vargas Heredia), PEDRO FERNÁNDEZ CUENCA (Juan), PEDRO BARRETO (Salvador), MARGIT SYMO (Dolores), ALBERTO ROMEA (Comandante Ramírez), NOÉ DE LA PEÑA (Triqui), JOSÉ PRADA (Sargento García), ANSELMO FERNÁNDEZ (Miguel), JUAN LAFITTA (El Mulero).
Duración: 100 minutos
Blanco y Negro
SINOPSIS:
La cigarrera Carmen seduce al torero Antonio Vargas y a José, brigadier de dragones
COMEDIA MUSICAL
COMENTARIO DE IMPERIO ARGENTINA (Memorias)
Aunque las dobles versiones solían rodarse a la vez, me opuse a hacer lo mismo con Carmen la de Triana y Andalusische Nachte, que fue el título en alemán. Me habría resultado un trabajo agotador, tanto desde el punto de vista físico como mental. Por eso comenzamos con la versión española, al tiempo que estudiaba y me preparaba con tiempo suficiente para rodar en alemán. Para ello conté con la ayuda inestimable de Lucy Höflich, que había sido la primera esposa de Emil Jannings y que fue para mí una profesora magnifica, con la que tomaba clases cada día, al tiempo que me esforzaba en leer la prensa alemana, tanto la que venía en caracteres góticos como la que se publicaba con letra normal.
Comenzamos, por tanto, a hacer Carmen, cuando nos encontramos con un problema: habían preparado unos decorados inspirados en las pinturas negras de Goya, que son muy españolas, pero nada sevillanas y además se habían convocado a unos extras altísimos y rubios, que nunca habrían podido pasar por andaluces aceitunados y morunos. La solución la dimos al proponer que nos desplazásemos a España para filmar los exteriores, sugerencia que fue bien acogida por los alemanes.
Volvimos a España atravesando Francia en automóviles y entrando por Irún. Paramos en San Sebastián para recoger a Rafael Rivelles, que iba a ser nuestro Don José y continuamos por Asturias y Extremadura hasta Andalucía, recorriendo lo que se llamaba Zona nacional. En Sevilla nos recibió el general Queipo de Llano, que fue muy amable al ofrecernos una copa de champán.
En la Plaza de Toros de La Maestranza rodamos la escena de la corrida, lidiada por el famoso torero Fuentes Bejarano, que era el doble de Manuel Luna, quien hacía de Escamillo. El público lo componía toda una multitud vestida muy lujosamente, pues habíamos pedido a todas las señoras sevillanas que se presentasen con los vestidos de sus abuelas y bisabuelas y luciendo sus mantones de Manila. Era todo un espectáculo ver cómo los alrededores de la Maestranza se iban llenando de peinetas, madroñeras, mantilla y todas aquellas bellísimas prendas de época que de repente nos hacían sentir que habíamos retrocedido muchas décadas en el tiempo.
En Berlín rodamos la escena de la taberna, cuando canto Los piconeros mientras observo cómo otra gitana intenta seducir a don José y entonces lucho con ella. Me negué a que me doblasen en la pelea y la otra actriz, que era una acróbata y yo n os tiramos del pelo y nos arrastramos por el suelo. Con razón el efecto en la pantalla es tan natural. ¡Como que terminamos las dos con el cuerpo magullado!
Por su parte la misma escenografía nos transmitía la mayor impresión de realismo. Eso era mérito del pintor Juan Laffita Díaz, que había hecho que hasta los panes que había sobre las mesas fuesen iguales a los de la época. Era un hombre encantador y culto y tan meticuloso que hasta llegó a rechazar un decorado porque el escudo de la fábrica de tabaco no era el que correspondía históricamente.
Carmen la de Triana es la mejor película que hice con Florián, que es lo mismo que decir mi mejor película. Florián, que era aragonés, tuvo el mérito de conjuntar un equipo de gentes alemanas y españolas para conseguir una película eminentemente andaluza y con absoluta unidad de estilo. Luego la película agradó a unos y disgustó a otros y hubo quienes nos acusaron de haber perpetrado una españolada. Pero las demostraciones de entusiasmo superaron a las decepciones. Fue lo que ocurrió en París, donde se estrenó en plenos Campos Elíseos, o en Grecia. En este país se estrenó la versión alemana con subtítulos en griego, pero, al saberse que existía la otra versión donde yo cantaba en español, el público forzó a la distribuidora a cambiar las copias, porque preferían escuchar mis canciones en mi lengua materna…y esto, que no se habría producido de no ser un éxito auténtico, lo consideré como un elogio para mí. (Imperio Argentina. Memorias)
EL AUTOR DE LA NOVELA
PROSPER MERIMÉE (1803-1870)
Nació en París y se reveló como escritor con dos supercherías que tuvieron éxito: una traducción de las obras de Clara Gazul, célebre artista española que jamás existió y una recopilación de cantos ilirios. Se especializó en Arqueología histórica y nombrado inspector general de monumentos históricos salvó del vandalismo gran número de ellos. Entre dos estudios históricos, entre dos informes, escribía relatos como Colomba o Carmen, sus dos obras más célebres. Otras obras suyas son Crónica del reinado de Carlos IX, La toma del reducto, Mateo Falcone, El vaso etrusco o Las ánimas del Purgatorio.