BARTON FINK
Director y Guión: Joel y Ethan Coen
Productora: Circle Films
Fotografía: Roger Deakins
Música: Carter Burwell
Intérpretes: John Turturro. John Goodman, Judy Davis, Michael Lerner
Ethan y Joel Coen
HOLLYWOOD, EL INFIERNO
“Barton Fink” cabalga continuamente sobre dos polos: Cine y Teatro, Odets y Faulkner, Nueva York y Los Angeles. Realidad y Fantasía. Espacios cerrados y espacios abiertos. Timidez y resolución. Héroes y hombres corrientes. Creadores y ejecutivos. Su técnica, con el empleo del travelling subjetivo es una técnica “a dos”. Hasta la dirección es doble: los hermanos Joel y Ethan Coen.
“Barton Fink” es un film sobre el bloqueo. Sobre el bloqueo creativo y la página en blanco. Sobre el bloqueo del escritor y el bloqueo del artista. Sobre el bloqueo que sufrieron los propios autores atascados con el guión de su película anterior “Muerte entre las flores”. La recurrencia técnica y narrativa al bloqueo es constante: planos del folio en blanco, travellings de acercamiento a la máquina de escribir, encadenados de la muda máquina del guionista a la frenética escritura de la secretaria. Fundidos en blanco.
“Barton Fink” es una pesadilla. Como en “Terciopelo azul” de David Lynch, los Coen abren las puertas a una realidad oculta hecha de voces y susurros, un mundo donde los objetos cobran vida y la materia palpita. Los Coen combinan el registro de la realidad de los Lumière con el recurso a la fantasía de Meliès, las dos grandes tradiciones clásicas. Un contexto real deviene irreal, al traducir las alucinaciones de un escritor desorientado. Extraños sonidos. El papel que se libera. El extraño crimen. El hotel en llamas…Sueño y Realidad se confunden.
“Barton Fink” es un comentario sobre el Hollywood de los años 40, sobre el papel que algunos de los mejores escritores norteamericanos jugaron en el desarrollo de la industria del cine. Sobre el fracaso de los Fitgerald, Faulkner, Odets. Y un retrato de los ejecutivos que convirtieron a Hollywood en el emporio del cine: Samuel Goldwyn, Louis B. Mayer, Jack Warner, Harry Cohn.
“Barton Fink” es, por último, un filme sobre la libertad y la opresión, una película sobre la asfixia creativa y la ambiental, sobre la diferencia entre el cine –el sueño- y la industria, la fabricación del sueño. En este contexto, la imagen de la mujer frente a la playa que, como un imán, atrae las miradas de Barton, no es sólo el símbolo de una libertad inexistente sino que, de igual manera, evoca la falacia de Hollywood: un infierno, que alumbra al sueño.
Antonio Gregori